Translate

lunes, 14 de agosto de 2017

Carta a mi hijo. Primera parte




Mi pequeño Pablo,

Los últimos tres años de mi vida, de nuestra vida, han transcurrido como un pestañeo a pesar de que he tratado de atesorar cada instante como a mi bien más preciado.

El 21 de Febrero de 2015 estará entre los días más trascendentes de mi vida, y sin duda de la tuya. Después de (casi) nueve emocionantes meses en el vientre de mamá decidiste que ese era un buen día para asomarte al mundo. Y digo casi porque nos pillaste por sorpresa adelantándote tres semanas a tu fecha prevista de nacimiento. Quizá estabas, como nosotros, ansioso por comenzar una nueva vida en familia. Tenerte en mis brazos, sentir tu cuerpo cálido sobre el mio, tocar tus diminutos deditos, acariciar tu delicada piel, mirarte a los ojos por primera vez ha sido la experiencia más profunda que jamás haya vivido.

Desde ese día has pasado de ser nuestro precioso bebé, casi como si de una extensión nuestra te trataras, a una pequeña personita comenzando a reafirmar su independencia.

Incorporarte a nuestra familia ha puesto patas arriba nuestro mundo, nuestros ritmos de sueño se han visto alterados por tus despertares nocturnos, nuestro caminar se ha tenido que adaptar a tus pequeños pasitos, a todas horas resuenan en mi cabeza canciones infantiles, hemos adaptado nuestra dieta, hábitos, horarios para tu mayor comodidad y no puedo más que estarte agradecido por el impacto que causas en mi vida. Tenerte a mi lado me impulsa a hacerme una persona mejor, eres la pieza central de mi puzzle alrededor de la cual todo va encajando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario