jueves, 12 de octubre de 2017
Necesidad de aprobación.
Comparto con vosotr@s este pequeño relato que nos hace reflexionar sobre nuestra tendencia natural a la búsqueda de aprobación por parte de los demás.
"Un padre acompañado de su hijo de corta edad y su burro, tenían que cruzar semanalmente la plaza principal de un pueblo para dirigirse a realizar unos trabajos en una aldea un tanto distante. Un buen día, el niño iba montado en el burro y el padre caminando cerca del mismo pasaban por la plaza del pueblo, un tanto concurrida de vecinos, - como era habitual -, que miraban con curiosidad la escena que se presentaba ante sus ojos. Una vez rebasada la plaza principal, los vecinos comenzaron a criticar ácidamente: "Será posible? ¡el niño, fuerte y robusto sobre el burro, y el pobre padre un tanto mayor y achacoso caminando! ¡ Qué poca verguenza!
Habiendo llegado estos comentarios a oídos de este hombre, la siguiente semana, era él mismo el que iba sobre el burro y el niño caminando, azuzando al animal. Los vecinos del pueblo al ver esto, arremetieron con sus críticas hacia el padre: "Qué poca verguenza! ¡ el pobre crio caminando y él tan contento sobre el burro! ¡qué padre más despiadado!
Con el fin de no recibir tantas críticas, a la semana siguiente, pasan delante de los vecinos del pueblo, tanto el padre como el hijo montados en el burro; al ver esto, aquellos que estaban sentados en la plaza muestran abiertamente sus críticas: "Cómo es posible que tengan tan poca consideración por el animal.¡los dos, sentado tranquilamente y el pobre animal, derrengado, llevándolos sobre su lomo!"
Al pasar el tiempo, y tener una vez más que pasar por el pueblo, y evitar de una vez por todas, todo tipo de crítica, el padre y el hijo van caminando, llevando al burro atado con una cuerda. Al ver esto, los vecinos del pueblo, no pueden dejar de exclamar: "¡ Serán estúpidos!, para qué quieren el burro, los dos caminando y el burro moviéndose a sus anchas; qué poco cerebro tienen!"
Indagando en nuestras vidas es fácil hacernos conscientes de la dificultad, por no decir imposibilidad, de agradar a todo el mundo. Por tanto, si actuemos como actuemos siempre encontraremos personas que no compartan nuestras decisiones o nos critiquen,¡mejor decepcionar a otros que decepcionarte a ti mismo!
lunes, 14 de agosto de 2017
Carta a mi hijo. Primera parte
Mi pequeño Pablo,
Los últimos tres años de mi vida, de
nuestra vida, han transcurrido como un pestañeo a pesar de que he
tratado de atesorar cada instante como a mi bien más preciado.
El 21 de Febrero de 2015 estará entre
los días más trascendentes de mi vida, y sin duda de la tuya.
Después de (casi) nueve emocionantes meses en el vientre de mamá
decidiste que ese era un buen día para asomarte al mundo. Y digo
casi porque nos pillaste por sorpresa adelantándote tres semanas a
tu fecha prevista de nacimiento. Quizá estabas, como nosotros,
ansioso por comenzar una nueva vida en familia. Tenerte en mis
brazos, sentir tu cuerpo cálido sobre el mio, tocar tus diminutos
deditos, acariciar tu delicada piel, mirarte a los ojos por primera
vez ha sido la experiencia más profunda que jamás haya vivido.
Desde ese día has pasado de ser
nuestro precioso bebé, casi como si de una extensión nuestra te
trataras, a una pequeña personita comenzando a reafirmar su
independencia.
sábado, 22 de abril de 2017
Vientos del Sur
Con
motivo de Día de la Paz tuve que dar un discurso en mi centro
actual, el IES Nazarí de Salobreña. Entre otras ideas les trasladé
que las transformaciones no provienen tan sólo de la mano de grandes
líderes o acontecimientos, suceden también a través de pequeñas
acciones, acciones reales y concretas que están al alcance de
nuestras manos, les alenté a comenzar a construir en nosotros mismos
el cambio que deseamos ver en el mundo, les recordé que no bastaba
con discursos cargados de buenas intenciones y que es necesario
reflexionar sobre nuestra propia responsabilidad en la tarea de hacer
de nuestro mundo un lugar mejor donde vivir.
Desde
hace muchos años, una vocecita interior no deja de recordarme la
necesidad de afrontar esta responsabilidad de forma decidida.
Esa
voz me conduce a profundas reflexiones de barra de bar donde, junto a
mis amigos, encuentro las recetas para acabar con el paro, la
pobreza, como mejorar la educación, la sanidad..., esa voz me
llevó a militar activamente en política, me lleva a largos
discursos a mis alumnos, pareja, hermanos...a noches de insomnio y a
ensoñaciones con grandes proyectos.
Quienes
me conocéis a fondo sabéis de mi frustración con nuestro modelo
actual de sociedad.
En
el discurso antes mencionado comenté que “...a pesar de vivir en
la época de las redes sociales, estamos lejos de esa comunicación
profunda. En la llamada era de la información, nuestra sociedad
parece confundir emociones con emoticonos, medir la soledad por el
número de “contactos” y la autoestima por los “me gusta”
recibidos, mientras apenas sabemos nada del mundo interior de
aquellos con los que compartimos aula durante años, de nuestros
vecinos, de quienes comparten nuestro mundo e incluso de nuestras
personas mas cercanas”.
Quizá
donde mejor he encontrado reflejada mi visión de nuestra sociedad es
en la obra de José Luis Sampedro “...tener más de lo mismo no es
suficiente: el progreso ha de consistir en ser mejores, en ser
hombres más libres, más dignos, más justos, más solidarios. Veo a
los hombres empeñados en ser más, no en ser mejores. Veo muchas
conquistas materiales en el exterior del hombre, pero poco deseo de
superarse a sí mismo. Lo veo aferrado a su creciente poder sobre el
entorno, pero con poco poder ejecutivo sobre sí mismo. Para mi el
progreso del hombre implica una vida interior más rica, mas llena de
vida realmente”.
Sin
embargo, mi percepción pesimista de nuestra sociedad contrasta con
mi experiencia vital, sobretodo como docente que me ha llevado a
Puerto Real, Cádiar, Dúrcal, Jódar y Salobreña. A lo largo de
esta década he coincidido con cientos de alumnos, compañeros,
padres y madres de diferentes lugares, entre los que me he encontrado
con personas excepcionales. La enorme calidad humana de estas
personas, la inspiración de personajes como Gandhi o Vicente Ferrer,
mi acercamiento al budismo o a la obra de Jose Luis Sampedro me han
hecho ser consciente del potencial extraordinario que poseemos como
seres humanos.
Decía
Gandhi que “la diferencia entre lo que hacemos y lo que somos
capaces de hacer, resolvería la mayor parte de los problemas del
mundo”.
Sampedro
afirmaba “...para mí, la tarea del hombre debe ser doble: por una
parte la persecución de una trayectoria consistente en hacerse lo
que se es, y por otra, frente a lo imprevisible, adoptar una
actividad digna de un ser humano. Pero no es que sean dos objetivos
diferentes, pues sólo haciéndose se gana dignidad, y sólo
dignamente tiene sentido hacerse”.
Me
encantaría que me acompañarais en este camino que lleva a
acercarnos a quienes potencialmente somos. Uno de mis sueños más
recurrente es fundar una ONG( en mis sueños tiene hasta nombre,
“Vientos del Sur”). Soy consciente de que se trata de un proyecto
de gran complejidad, pues a parte de numerosos trámites
burocráticos, requiere de la implicación y dedicación de un número
importante de personas. Hoy quiero dar un pequeño paso, poniendo en
marcha el reto solidario “Vientos del Sur” a través de la
plataforma de crowdfunding http://migranodearena.org/.
Mi reto es conseguir 1000€ en 100 días. No sè si esta cantidad es grande o pequeña,solo sé que gota a gota se forma un océano.
El
dinero recaudado se destinará a colaborar con los proyectos de la
ONG granadina Agua de Coco cuyo ideario es:
“Contribuir
a mejorar la calidad de vida de las personas desfavorecidas en los
países del Sur, especialmente las mujeres y los niños, a través de
la educación como motor del desarrollo sostenible”.
Sus proyectos facilitan el acceso a la educación de niños y
niñas(escuelas en Camboya y Madagascar), apoyan iniciativas que
fomenten el empoderamiento de la mujer(Niñas formadas, mujeres
empoderadas), la promoción de la salud, la lucha contra la
malnutrición, fomentan la independencia financiera de la comunidad y
la educación medioambiental(formación agrícola, ganadera,
ecoturismo, recuperación del entorno...).
Cada
cual puede colaborar en la medida de sus posibilidades, ya sea
aportando 50 céntimos o 50€, difundiendo el reto a través de las
redes, aportando ideas o recaudando fondos en su instituto,
universidad, trabajo o entorno.
Cuento
con todos vosotros y vosotras. Como alguien dijo, el futuro pertenece
a quien cree en la belleza de sus sueños. Soñemos juntos y
¡hagámoslo posible!
domingo, 5 de febrero de 2017
Manifiesto Día Escolar de la No Violencia y la Paz
Comparto con vosotros el manifiesto que escribí para la celebración del Día de la Paz en el IES Nazarí de Salobreña.
Fue un 30 de Enero de 1948 cuando una bala quiso acallar la voz de Gandhi. Acabaron con su vida pero emergió aun
con más fuerza su figura
y perdura para siempre su mensaje
de paz.
En estos tiempos en los que
la violencia
nos desgarra cada día con sus diversas manifestaciones, el terrorismo, la
guerra, el trabajo infantil, la violencia machista, el acoso escolar… recordamos su
figura y alzamos
la voz para reivindicar la palabra, el dialogo, la educación como las
únicas alternativas
reales, las únicas armas legitimas frente a la violencia.
Para alcanzar la paz no bastará con
discursos
cargados de buenas intenciones. Es necesario reflexionar sobre nuestra responsabilidad en
esta tarea. Difícilmente lograremos la paz en Siria o el Sahara
si no somos capaces de alcanzarla en nuestros centros escolares, nuestras casas y
nuestras calles.
Las transformaciones
no provienen tan sólo de la mano de grandes líderes o acontecimientos, suceden
también a través de pequeñas acciones, acciones reales y concretas que están al
alcance de nuestras manos. Comencemos a construir en nosotros mismos el cambio que
deseamos ver en el mundo.
Como profesores coincidimos
con cientos de alumnos, compañeros, padres y madres de diferentes lugares,
culturas o niveles económicos. Podemos apreciar que pese a esas diferencias
superficiales todos somos básicamente iguales: tenemos deseos y anhelos semejantes.
Ser valorados, ser escuchados, ser queridos. Comprender que todos a
nuestra manera buscamos ser felices, dejar a un lado nuestros prejuicios
y practicar una comunicación más profunda evitaría a buen seguro
muchos de los conflictos existentes.
A pesar
de vivir en la época de las redes sociales, estamos lejos de esa comunicación profunda. En la llamada
era de la información, nuestra sociedad parece confundir emociones
con emoticonos, medir la soledad
por el número de “contactos” y la autoestima por los “me gusta” recibidos, mientras apenas sabemos nada del mundo
interior de aquellos con los que compartimos aula durante años, de nuestros vecinos, de quienes comparten nuestro mundo e incluso de nuestras personas mas cercanas.
Hagamos
un esfuerzo por ver más
allá de las apariencias, pues como
dice El Principito “lo esencial
es invisible a los ojos”.
Dejemos
de construir barreras que nos separen
del diferente y tendamos puentes
que nos acerquen. Trabajemos juntos para derruir los muros
del odio; para asaltar las vallas
que separan la pobreza y la guerra del bienestar; para abrir las verjas de nuestros prejuicios a los que tienen una lengua, una cultura o un color de piel distinto del nuestro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)