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viernes, 17 de abril de 2015

¿Generación sin miedo?





Una semana más sigue saliendo a la luz parte de la podredumbre de nuestra élite dirigente. Rodrigo Rato, ex vicepresidente estrella del gobierno del “España va bien”, ex presidente de Caja Madrid, ex director del Fondo Monetario Internacional, amiguito del alma de Aznar acusado de fraude y blanqueo de capitales.  A estas alturas, poco puede sorprenderme cualquier caso de corrupción que afecte a nuestras élites dirigentes . Lo que realmente me indigna es el paripé montado por Hacienda y el gobierno para hacer ver que la justicia es igual para todos. Primero se diseña una ley de amnistía fiscal(2012) a medida de los dirigentes políticos, empresarios y demás gentuza de este país, después esperan a que pasen varios años para que destruyan pruebas, hagan viajitos a Suiza, liquiden sociedades y los delitos prescriban.  A continuación, se filtra que se está investigando a Rato y otros 704 amiguetes, y se monta un circo mediático con un registro retransmitido en todos los medios volcando datos de ordenadores que llevarán meses borrados. Por último, se repite hasta la saciedad que esto es un asunto particular, que no afecta al PP, que se sienten decepcionados, que esto demuestra que la justicia funciona…y huida hacia delante hasta que el siguiente escándalo deje en el olvido este.
“Señores” ministros de Hacienda y Justicia, “señores” políticos dejen de reírse en nuestra cara.  Me repugna ver sus sonrisas de creída superioridad, siento un profundo asco al escuchar las grabaciones en que se pavonean de las comisiones cobradas, de los maletines recibidos, de las cuentas con el Rey, maletines a Rato, Aznar o González, comisiones a los Puyol, de los “Aguanta, se fuerte”, los sobresueldos, los clubs nocturnos, los coches y relojes de lujo, los viajes a Canarias y entre risas desangran el país sintiéndose impunes, fuera de la ley, merecedores de una vida mejor que el resto de los mortales. Común de los mortales que a ellos les resultan insignificantes, despreciables, meros datos estadísticos, “invisibles en el alambre” como titula Isaac Rosa(@_isaacrosa) su sobrecogedor artículo. (http://www.eldiario.es/zonacritica/invisibles_de_hortaleza_6_378022203.html )
Es relativamente comprensible en la casta dirigente del PP, si se tiene en cuenta que son los herederos políticos de la dictadura franquista. Durante 40 años sus “mentores” se han enriquecido expropiando patrimonios ajenos, con un régimen corrupto e ilegítimo como forma de gobierno, con la impunidad que da fusilar y arrojar como perros a las cunetas a los que alzaran la voz.
Por eso no es de extrañar que muchas sagas familiares sigan considerándose intocables, en un país en que los jueces que se atreven a investigarlos (Véase Baltasar Garzón o Elpidio Silva) acaban inhabilitados, no sorprende que todos los tesoreros del PP hayan estado imputados, que sus dirigentes se enriquezcan con sobresueldos y comisiones mientras millones de sus propios votantes viven en la total precariedad.
Personalmente, me causa un mayor estupor los casos de corrupción en el PSOE, en IU ó en sindicatos, organizaciones fundadas para la defensa del ciudadano frente a la oligarquía, con tantos años de historia y lucha a sus espaldas, rabia aún mayor sintiéndome como me siento socialista y habiendo militado activamente en el PSOE.  Me entristece escuchar a Pablo Iglesias restar importancia a la ideología, pero he de reconocer que la situación de nuestro país refleja en mayor medida un conflicto generacional y de clases que ideológico.
Esta élite que nos gobierna está tan inflada de sí misma, tan convencidos de su impunidad y nos consideran tan sumamente imbéciles, que además se permiten discursos de servidores públicos, de salva patrias, de garantes de la democracia o amenazar con bravuconadas del tipo “Si cae una rama,  caerá todo el árbol”. Y lo dramáticamente triste es que les funciona, que escándalo tras escándalo salen airosos, con tribunales nombrados a dedo por ellos, con eslóganes repetidos tenazmente, hablando de datos macro, primas de riesgo y PIB, vendiendo como recuperación pasar de la cola del paro a trabajar 10 horas diarias por 500€ al mes, repartiendo migajas en forma de rebajas de impuestos o medidas puramente electoralistas.                                                             
¿Somos realmente tan sumamente imbéciles los ciudadanos? Me gustaría pensar que no.
Quizá lo único positivo de esta crisis sea el despertar de conciencias críticas que yacían adormecidas entre promesas de pleno empleo, abotargadas por el cemento, los ladrillos y las vacaciones en Benidorm. En los últimos años han surgido movimientos como el 15M, y las encuestas sitúan paradójicamente una y otra vez a la clase política como uno de los mayores problemas del país. Pero el creciente descontento ciudadano y el desapego de los jóvenes de la política lejos de llevar a una regeneración llevaron a una mayoría absoluta del PP.
No basta con no acudir a votar, puesto que la abstención no llevará a regeneración alguna. No basta con cambiar el voto al PP o  PSOE por C’S o Podemos. Seamos realistas, PSOE y PP seguirán gobernando cientos de ayuntamientos, comunidades, diputaciones y posiblemente el país, seguirá gestionando miles de millones de euros en contratos públicos, adjudicaciones de obras, etc. Por tanto, es necesaria una regeneración desde dentro de estos partidos y ser igual de exigentes con C’S, Podemos y el resto de fuerzas políticas. Es el momento de que los militantes de base acudan en masa a las sedes a exigir a sus dirigentes que actúen con firmeza, a dejarles claro que se acabó el tiempo de las palabras,  que se acabó la fiesta,  que se terminó el seguidismo ciego a unas siglas o un líder mesiánico, que no van a repetir más consignas prefabricadas para defender a una élite dirigente que les trata como a imbéciles, de decirle a Susana Diaz que el PSOE Andaluz no es ella ni Gaspar Zarrías, Chaves o Griñan, que aquellos que llevan 30 años viviendo de la política deben dar un definitivo paso atrás, de decirle a Felipe González que dejó de representar al socialismo el día que se vendió al Ibex 35, a Pablo Iglesias o Monedero que ellos no tienen la patente de la regeneración, que el cambio será un cambio en la forma de entender la política por parte de la ciudadanía o no será cambio. Es el momento de exigir hechos y no solo bonitos discursos, de políticos capaces de presentar una moción de censura ya sea en Extremadura(y que IU demuestre si prefiere sostener a los que viajan a Canarias a costa del contribuyente y recortan el estado del bienestar o a la clase humilde que dice defender), en un pequeño ayuntamiento o en España. Quiero pensar que se contarán por miles los militantes del PP  abochornados por sus dirigentes, este también es su momento.
Pedro Sánchez, Albert Rivera, Alberto Garzón y Pablo Iglesias, adalides de la regeneración, camino se hace al andar. Reúnanse urgentemente, rompan relaciones con el PP mientras el clan de corruptos que nos gobiernan no presente su dimisión, y convoquen a sus militantes y a la sociedad civil a manifestarse en una marcha conjunta por una CLASE POLÍTICA DIGNA. Ustedes tienen capacidad de convocatoria, demuestren de una vez por todas si su enarbolada bandera de la regeneración es algo más que palabras, algo más que una foto para los medios o un discurso populista, si son dignos de la más mínima confianza por nuestra parte.

 La generación de nuestros padres y abuelos pasarán a la historia como aquella que se sacrificó por nuestra libertad. Nuestra generación, capaz de concentrar millones de ciudadanos frente al televisor para ver un partido de Champions, Salvados, Sálvame o la final de Gran Hermano Vip, capaz de llenar las calles para protestar contra la guerra de Iraq o contra la barbarie del terrorismo se enfrenta a la encrucijada de ser recordada como aquella que protagonizó la regeneración democrática de nuestro país, la generación sin miedo o la que permaneció indiferente ante un régimen corrupto que arrojó a la precariedad a millones de ciudadanos.

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